Expulsión de los demonios

 

Torturada en los hábitos de la malicia, de la inmundicia, del apátrida locomoción de mis instintos, me fui consumiendo por las vilezas de un espíritu acaecido de mundanas tentaciones, pude salvar mi pasión desenfrenada por los hombres libres, aquellos que no sea esclavizaban a las tortuosas redes de la monogamia, me he visto sofocada hasta la indignidad en el vicio de la carne, rebajada e inclinaciones bestiales, en la brutalidad de mis actos instintivos, sin libertad aparente al condicionamiento de una sensualidad.

En mis apetencias nimias, soy juguete de las pasiones manipulables más elementales, entérate, amor, que mis apetencias no vuelcan sobre ti, en la flaqueza de mi voluntad una dualidad torpe e instintiva, se va sobre la sensibilidad de ti, por ti, en el receptáculo de la arbitrariedad inmunda. Débil, y de corazón negro decidido por los demonios más severos de los círculos del infierno. me he humillado públicamente ante los actos astutos que se alejan de todos. con la indignidad ajena en que me he hecho qué orgullo se postra en mis rodillas incapaces de doblegarse.

Mis motivaciones atentan contra toda ley moral, contra toda fórmula impuesta, mis deseos en carnes en la metáfora de una humanidad interior a la especie, conduzco todos los fines de realidad importando como especie pecadora e injusta. Faltó al respeto de las costumbres y hábitos, exaltada, sobria de oscuro placer, suspende el juicio, aliento a taciturnas divagaciones que me rebajan en la animalidad impráctica de mis fines. diabólica e indigna, el deseo y la compulsión se yerguen con dominación. Dispuesta estoy a los fines del servilismo agresivo, un impulso salvaje y hosco legitima toda práctica de belicosidad. se posicionan con fuerza las vanaglorias espirituales que complementan tentaciones en posibles paganas.

Qué ilusas apetencias se despliegan en las profecías, soy caída y apasionada en la dualidad infame, en críptica de voluptuosidad. Perpetúo la inalcanzable satisfacción que idolatra una diosa ajena basada en el cuerpo, por sus inmundicias soberanas, entregada, dada a los hombres, usadas como redentora debajo de la humanidad. me vacío, me destierro con ilusión humana, reconozco la caída re pobre, astucia de calamidad sensorial indistinta. inmoralidad se silencia. derrotada legión de espiritualidad, vaguedad impoluta de saberme finita, mortalmente destruida destituida en la destrucción de las leyes hacia los sentidos siempre yo, interminable hija de los hombres, felicidad inalcanzable y contradictoria, incompatible con la exaltada bondad de los ojos de dios. he vendido mi alma una vida condenada de temporalidad, ilusoria temple y sensualidad fuera del tiempo de exaltada sensibilidad, antes del arrepentimiento.

04/04/2017




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